¿Y si...? Sistema Electoral Estadounidense. Elecciones 1982.

    Durante la Transición Española, con la Ley de Reforma Política se establece en España un sistema electoral inspirado en los principios democráticos y de representación proporcional. Y es que el sistema electoral es el mecanismo por el cual se hace efectivo el proceso de representación en los regímenes democráticos.

    El sistema electoral español se basa a grandes rasgos en 52 circunscripciones que se corresponden con las 50 provincias españolas además de Ceuta y Melilla. Cada circunscripción tiene una asignación de escaños según su población y una barrera electoral del 3%; por otro lado, el reparto de escaños se realiza a través del sistema d'Hondt. Pero... ¿Y si durante la Transición se hubiese adoptado el sistema electoral de Estados Unidos?

    El sistema electoral de Estados Unidos es totalmente distinto al español. En esta simulación usaremos el sistema de elección presidencial, donde los 50 Estados que conforman Estados Unidos son las circunscripciones y otorgan el 100% de sus compromisarios (en esta simulación, diputados españoles) a la lista más votada en cada circunscripción. Cada Estado, por otro lado, tiene una asignación de compromisarios en proporción a su población, al igual que ocurre en España con las provincias.
Aclaración: Esto es una simulación, es probable que de haber un sistema electoral distinto, los votantes quizás hubieran cambiado su voto o quizás no. Pero como esto no se puede saber...

Elecciones Generales de 1982.

    Las Elecciones Generales de octubre de 1982 han sido hasta la fecha las más participativas de la historia democrática de España, ya que casi el 80% del electorado acudió a votar en aquella ocasión. Con esta cita electoral se suele dar por cerrada la Transición Española, ya que es el momento en el que la izquierda llega por primera vez al Gobierno de la Nación desde que comenzase el Régimen Franquista.

    El final de la I Legislatura había sido especialmente convulso. España vivía una profunda crisis económica y un incremento del terrorismo protagonizado por ETA y los GRAPO; por otro lado, las disputas internas de la UCD, el partido gobernante, había dejado muy debilitada la imagen del presidente del gobierno, Adolfo Suárez. Todo esto fue aprovechado por el líder de la oposición, Felipe González, para presentar una moción de censura contra el gobierno, que a pesar de no salir hacia adelante, dejó muy deteriorada la imagen de Suárez, quien finalmente dimitiría en enero de 1981.

    Tras la dimisión de Adolfo Suárez, la UCD presentaría a Leopoldo Calvo - Sotelo como candidato a presidir un nuevo ejecutivo centrista. En el propio debate de investidura se produciría el Golpe de Estado fallido del 23 - F que era un reflejo de la agitada situación de España. Con todo, la imagen de la Unión de Centro Democrático siguió decayendo, perdiendo espacio por la derecha en favor de Alianza Popular, que conseguiría superarlos en las elecciones autonómicas de Galicia, feudo tradicional de la UCD. Las elecciones andaluzas fueron un preludio de lo que pasaría en los comicios generales: el PSOE arrasó y AP lideró la oposición, dejando a la UCD en la irrelevancia y herida de muerte.

    En octubre de 1982, el Partido Socialista Obrero Español arrasó con la mayoría absoluta más holgada de la historia democrática española; por su parte, Alianza Popular asumía el liderazgo de la oposición y la Unión de Centro Democrático se dejaba 157 escaños. El Partido Comunista de España caía también de manera importante, perdiendo incluso el grupo propio y el nuevo partido de Suárez, Centro Democrático y Social, conseguía apenas un escaño por Madrid y otro en su Ávila natal.

    Sin embargo, con esos mismos resultados, si en España hubiese habido un sistema electoral como el estadounidense, en el que el ganador de cada circunscripción se lleva el total de escaños en liza, los resultados hubieran sido muy distintos:
   
    El Partido Socialista Obrero Español habría ganado las elecciones y habría obtenido una mayoría absoluta más abultada aún que con el sistema electoral español. El partido de Felipe González obtendría 297 escaños tras mantener todas provincias en las que ganó en los comicios de 1979 - excepto Gerona - y ganar además Álava, Albacete, Almería, Badajoz, Islas Baleares, Cáceres, Cantabria, Castellón, Ceuta, Ciudad Real, la Coruña, Cuenca, Granada, Guadalajara, Huelva, Huesca, León, Lérida, Melilla, Navarra, Palencia, Las Palmas de Gran Canaria, la Rioja, Salamanca, Santa Cruz de Tenerife, Teruel, Toledo, Valladolid, Zamora y Zaragoza. De este modo, el PSOE habría sumado 138 escaños más respecto a los anteriores comicios.

    Por su parte, la coalición Alianza Popular - Partido Demócrata Popular liderada por Manuel Fraga habría conseguido entrar en el Congreso de los Diputados con 31 escaños obtenidos por Ávila (3), Burgos (4), Lugo (5), Orense (5), Pontevedra (8), Segovia (3) y Soria (3).

    El Congreso se completaría con los 5 escaños de Convergencia i Unió que habría vuelto a las Cortes tras ganar en Gerona, y los 17 escaños del Partido Nacionalista Vasco que mantendría su dominio en Guipúzcoa y Vizcaya.

    Por otro lado, la Unión de Centro Democrático, ahora liderada por Landelino Lavilla, desaparecería del Congreso de los Diputados tras perder las 37 circunscripciones que ganó en 1979, el Partido Comunista de España de Carrillo seguiría sin obtener representación y el Centro Democrático y Social de Suárez hubiese sido un completo fracaso tras no lograr imponerse en ninguna circunscripción.

    Si hacemos una comparación entre los resultados de estos comicios con el sistema electoral estadounidense y el español, podemos observar que las diferencias son importantes:


    El principal beneficiado de esta simulación sería el Partido Socialista, que sería capaz de rentabilizar hasta 95 diputados más. También el Partido Nacionalista Vasco obtendría una importante sobrerrepresentación al ganar en las dos provincias más pobladas de la Comunidad Vasca. En el lado contrario, AP - PDP perdería 76 escaños al ganar únicamente en 7 circunscripciones, UCD y PCE se quedan fuera del Congreso, y CiU que no consigue rentabilizar los escaños al ser segunda fuerza en Barcelona, Lérida y Tarragona.

    El Sistema Electoral Estadounidense deja al PSOE como el protagonista indiscutible de la legislatura, dotando al Gobierno de una estabilidad enorme de cara a 1986 y que le permitiría realizar incluso proyectos de reforma Constitucional que requieren el apoyo de tres quintas partes de la Cámara Baja.

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